Superhombre

Superman es el superheroe por excelencia. Casí ochenta años de historia, así lo demuestran. Es el más digno, el más fuerten, el más todo, es super. Lo malo, es que, quieras o no, está al servicio de los USA. En más de un sentido, además. Lo más malo, a mi modo de ver, es que a ese tremendo lago cristalino le falta profundidad. Es demasiado super. Eso sí, casí deseas dibujarlo a todas horas.

Sin ciudad

Sin City, es sin lugar a dudas, uno de los cómics de autor comercial, con más impacto comercial de la última década. Frank Miller con su moralina americana, nos ofreció su radical visión de como has de tomarte la justicia por tu mano, inmortalizando el "American Way of life on the border line". Muy lejos de las capacidades de un Moore para obtener varios niveles de lecturas, Miller nos lo dá fácil. Aunque seas un despojo, siempre hay otro que merece morir por ser más monstruo que tú. Y en el país de los monstruos, el que los mata a todos es el rey. A partir de aquí, propone un juego de luces y sombras al blanco y negro que traspasó su cómic para instalarse como su firma personal. Sobre todo en bazofias como Spirit. Eso sí, siempre le agradeceré personajes como Marv.

ESE HORROR LLAMADO RULK

A veces ser listo te lleva a pasarte de listo. Eso es lo que le ha pasado a Jeph Loeb y a su horroroso experimento llamado Rulk. O engendro rojo, o Hulk rojo. Tras la gamberrada padre que fue World Ward Hulk, se tenía que dar un golpe de efecto para mantener el interés en Hulk. Para ello, la lía todavía más gorda. Con un planteamiento simple y sencillo: sale un clon rojo de Hulk, que es el más malo entre los malos, el más cínico entre los cínicos, el más asesino entre los asesinos. Ha de humillar a todo aquel supertonto que se encuentre (Hulk, incluido, más tonto que nunca)y todo ha de ser acción y reacción. 24 páginas de splash-pages con menos sustancia que un vaso de agua. Doce números más tarde, todavía no me entero de nada.

Asaltando el olimpo

Internet nos ha liberado. La caja de pandora se ha abierto. Nada puede hacernos entrar de nuevo en esa lúgubre estacia onanística. Ahora nuestro talento sale a la luz. Y los profesionales tiemblan ante nuestra justa ira. Llámanos como quieras, mi nombre es Legión. Como tal, somos el azote de los dioses del Olimpo. Trabajamos gratis, es más, pagaríamos por trabajar. En este mundo capitalista las hordas del infierno se han liberado. La sombra de un neo-comunismo azota la aldea global. Y esto, señores, no volverá a ser lo mismo.
Por fin Marvel no podrá ignorarme, DC dejará de insultarme, a Dark Horse que le den... Pienso autopublicarme hasta que las masas me aclamen y los editores se peleen por mi...
Y cuando eso pase...¡temblad!.

Solo os digo que soy más alto y guapo que Jim Lee, ja,ja...